Emre Can es otro de esos casos de alemanes con ascendencia turca que tanto proliferan en Alemania. Comenzó a jugar al fútbol en los escalafones inferiores del equipo de su ciudad, el Eintracht de Frankfurt, hasta que en la temporada 2009-2010 el Bayern de Munich, gran controlador de todos los talentos criados en el país, lo incorporó a su cantera. La tremenda proyección del joven bávaro es más que evidente, sin ir más lejos, pese a contar con solo 17 años ya forma parte del equipo sub-19 del Bayern y esta temporada también ha estado presente en el equipo de reservas, algo que indica la confianza que tienen depositadas en él los dirigentes muniqueses. Con la selección germana Emre Can ha sido internacional en categoría sub-15, sub-16 y sub-17, con la que actualmente es uno de los fijos para el técnico Steffen Freund. Destacando sobremanera con su selección y escalando peldaños en su club, no es de extrañar que en breves lo veamos con el primer equipo del Allianz Arena.
Emre Can es un completo mediocentro, de esos que en Inglaterra se denominan “box to box”, término tan de moda en la actualidad y que también se puede definir como un centrocampista total, capacitado tanto para defender como para atacar y con gran presencia en las dos áreas. Pese a que por edad aún debe seguir formándose físicamente, ya posee una notable corpulencia, es alto, fuerte y potente. Realiza un despliegue físico brutal durante todo el encuentro, ayudando en labores de contención, llevando a cabo un importante trabajo tanto en la presión al rival como en la recuperación. Está dotado de una muy buena calidad técnica, lo que le favorece para dar una gran salida de balón al juego desde atrás, siendo muy común verle agarrar la pelota y sacarla conducida, ya que tiene una arrancada muy poderosa, un gran regate en espacios reducidos y sabe utilizar su cuerpo a la perfección para proteger el balón, lo que hace que sea realmente difícil arrebatárselo. Posee una enorme facilidad para incorporarse al ataque, ya sea portando el mismo el balón como hemos comentado antes o acompañando la jugada. Su aportación ofensiva no se limita exclusivamente a aparecer por sorpresa, sino que aporta calidad, pase y un fuerte disparo en los últimos metros, además de facilidad para ver puerta. Sin duda Emre Cam forma parte de la penúltima camada de excelentes jugadores alemanes, que más pronto que tarde veremos derrochar su talento en los principales escenarios europeos.
